El Dakar 2019 va tocando a su fin y ya solo queda una etapa para que se acabe. Algunos verán sus sueños realizados y otros tendrán que volver a intentarlo el año que viene. Es lo que tiene participar en la carrera más dura del planeta.
La novena etapa, con 313 Km de especial y tan solo 96 Km de enlace, fue muy dura, como todas las de esta edición. Las dunas de Perú están demostrando ser todo un reto para pilotos y navegantes. Muchos de ellos están criticando a la organización por imprecisiones en el roadbook. Algo que, a su juicio, está causando multitud de accidentes. Es habitual que los pilotos se quejen de inexactitudes en las indicaciones pero, cuando los comentarios son tantos y de personas tan reputadas, cabe pensar que hay algo de cierto en ellas.
La arena del desierto peruano no facilita las cosas, es muy blanca y la circulación por ella en las horas centrales del día provoca que la visión sea deficiente y no se adviertan los cambios en el relieve. Estos desplomes en el camino están causando muchas lesiones de espalda y evacuaciones aéreas como la ocurrida con el piloto de PBX Dakar Team, Jordi Celma. Al menos, el hecho de que las etapas sean en forma de bucle facilita el trabajo de los helicópteros medicalizados que la organización pone a disposición de los participantes.
Los ánimos de nuestro equipo siguen altos, en gran parte, gracias a la labor de nuestro team manager. Juan López está demostrando, una vez más, su valía para crear buen ambiente y que el cansancio y la fatiga no hagan mella en los integrantes del PBX Dakar Team.