Uno de los pilotos del PBX Dakar Team, Jordi Celma, tuvo que ser evacuado al hospital de Ica por un fuerte golpe en la espalda al hacer tope la suspensión de su vehículo.
Desde el hospital, a las pocas horas del incidente, Celma nos tranquilizaba diciendo que estaba bien. “Me quedé sin respiración, medio desmayado y con ganas de vomitar”, cuenta. Pero, enseguida la tripulación, para la que solo tiene buenas palabras, le echó agua, le bajó del camión y esperaron al helicóptero que, por culpa de la niebla, tardó tres horas en llegar.
Celma explica que todo comenzó cuando encontraron un camión volcado de unos holandeses y lo pusieron en pie. Cuando Jordi bajó a recoger las eslingas se dislocó la muñeca izquierda y tuvo que pedirle a Jose Martins, mecánico y también gran piloto, que se encargara él de conducir. Pero, a los pocos kilómetros entraron en una olla y, cuando el camión intentaba salir de ella, volcó en mitad de la pendiente.
Lo curioso es que el camión al que habían ayudado previamente, se paró a prestarles asistencia durante casi dos horas. “Ayudar a la gente implica mucho tiempo y aumenta la complejidad del Dakar pero satisface. Y cuando son ellos los que te ayudan a ti se te pone la piel de gallina” dice en referencia a este camión que se paró a ayudarles, a pesar de arriesgarse a perder la carrera.
Volcados y en mitad de la duna se les hizo de noche, por lo que intentaron dormir unas horas. A las cuatro de la mañana lo pusieron de nuevo en pie, con ayuda de un equipo ruso, pero al intentar subir la rampa de la olla a gran velocidad fue cuando la rueda impactó contra la duna y Jordi sufrió un fuerte golpe en la espalda.